16 de julio de 2016

La aventura de aprender es la aventura de la vida



Cuando el curso termina, es tiempo de hacer balance. En mis nietos mayores observo a veces inquietudes y temores, y lo siento mucho, porque sé que eso limita su entusiasmo y con ello sus caminos se complican. Para mí el objetivo de la educación es aprender, que es toda una aventura, con sus diferentes etapas, pero por encima de todo una aventura. Los sistemas, las evaluaciones, son sólo modos de comprobación, y tienen una importancia relativa. la aventura de aprender al hilo de nuestras curiosidades es el mejor "sistema educativo", que ni empieza ni termina en la escuela sino que nos acompaña desde la cuna, y puede acompañarnos hasta el final de nuestros días. Por eso me hace tan feliz encontrar testimonios como el que aquí os dejo.



Hace unas semanas mi amiga Julia, que durante años trabajó en la radio con niños y adolescentes, me comentaba cómo el abuso de los juegos y la diversión en la educación había desvalorizado el esfuerzo, y la resistencia ante el fracaso de los jóvenes. Dejando de lado las generalizaciones -en realidad yo estoy rodeado de estudiantes esforzados y luchadores-, creo que es cierto que muchos jóvenes y también mayores nos hemos instalado cómodamente en el consumo fácil de productos (los educativos también son productos) en lugar de lanzarnos a vivir experiencias, o mejor dicho, experimentar la aventura de la vida, ese camino descubrimiento y de crecimiento, que no es otra cosa que la aventura de aprender a ser Hombres. Por eso, es una lástima que los resultados de las comprobaciones de los "sistemas" limiten el impulso de la curiosidad y puedan frenar el espíritu aventurero de los jóvenes. Pero, no nos equivoquemos: aprender no es un juego ni tampoco es sólo una meta. Aprender es toda la aventura, y resulta apasionante sea cual sea nuestro equipamiento. Por eso, por encima de métodos, juegos, aplicaciones digitales y cualquier otro producto educativo milagroso, las mejores herramientas son la ilusión y la curiosidad, la pasión y el empeño. 



Con las vacaciones llega el momento de aparcar esos resultados, y la presión de las exigencias académicas, pero la aventura de la vida continúa, y las experiencias del verano pueden ser fuentes de grandes descubrimientos... Todos crecemos en vacaciones.

Por eso os deseo a todos unas vacaciones abiertas a la aventura de vivir. A la vuelta seguro que hay muchas cosas que contar.